#PapaFrancisco “la Iglesia si se detiene y se cierra se enferma»

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12 de octubre de 2014.-  “Los misioneros recibieron la llamada, salieron a llamar a todos en los cruces del mundo; y así han hecho tanto bien a la Iglesia”, son palabras del Santo Padre Francisco durante su homilía en la Santa Misa de agradecimiento por las canonizaciones equivalentes, celebradas el pasado 3 de abril, de dos nuevos santos de la Iglesia: la hermana María de la Encarnación (1599-1672), fundadora del convento de las ursulinas en Quebec, y Francisco de Laval (1623-1708), primer obispo canadiense y fundador del seminario de Quebec.

El Papa recordó que “la Iglesia si se detiene y se cierra se enferma, se puede corromper, ya sea con pecados que con la falsa ciencia separada de Dios, que es el secularismo mundano”. El obispo de Roma explica a los fieles que los misioneros no se quedan con la gracia de Dios para sí mismos, todo lo contrario, con la fuerza de Dios “tuvieron el coraje de salir por las calles del mundo con confianza en el Señor que llama”. “Los misioneros han dirigido la mirada a Cristo crucificado, han acogido su gracia y no la han tenido para sí mismos”.

Resaltando la imagen de los dos nuevos santos, el también Obispo de Roma, recordó que “la misión evangelizadora de la Iglesia es esencialmente el anuncio del amor, de la misericordia y del perdón de Dios, revelado a los hombres a través de la vida, muerte y resurrección de Jesucristo”.

El Santo Padre dio dos consejos tomados de la Carta de los Hebreros a los fieles canadiendes: «Acuérdense de quienes los dirigían, ellos les transmitieron la Palabra de Dios; miren cómo acabaron sus vidas e imiten su fe» , y el segundo «Recuerden los primeros días, cuando, recién iluminados, sostuvieron el duro combate de los padecimientos…por tanto, no pierdan la confianza que ella les traerá una gran recompensa. A ustedes les hace falta sólo la perseverancia…».

El cardenal Cypien Lacroix, arzobispo de Quebec y Primado de Canadá, agradeció al Papa al final de la misa, el don que les ha dado de tener dos nuevos santos: la hermana María de la Encarnación (1599-1672), fundadora del convento de las ursulinas en Quebec, y a Francisco de Laval (1623-1708), primer obispo canadiense y fundador del seminario de Quebec.

El cardenal aseguró que ha hecho una peregrinación por los países de estos “dos gigantes de la fe y de la vida misionera”, y éste recorrido acaba en Roma para poder estar con el Santo Padre para expresarle su deseo de “responder al llamamiento misionero para evangelizar el mundo de nuestro tiempo”.

El arzobispo ha recordado un fragmento de la exhortación apostólica de Papa Francisco diciendo “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús”, y por ello vuelve a nombrar a los dos nuevos santos recordando que ellos fueron dos testimonios elocuentes.

(Radio Vaticana)

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