Más de 6.000 familias han pedido durante este año ayuda a Cáritas en Talavera de la Reina.

La organización ha atendido a más de 23.000 personas en sus servicios de comedor, ayuda al pago de recibos, ropero, formación y reciclaje para buscar un puesto de trabajo U n total de 6.207 familias han acudido a Cáritas de Talavera durante este año en busca de comida, ropa, ayuda para pagar hipotecas, alquileres o recibos, y ofertas de formación y trabajo. Suman más de 23.150 personas de las que el 48 por ciento son familias españolas, variando la tónica de los últimos años ya que en 2010 suponían el 36 por ciento. De ellos, sólo un 10 por ciento están solos; los demás están integrados en un núcleo familiar con hijos. Desde la organización destacan que entre los atendidos en los últimos meses  se han incrementado «las familias españolas, gente que se ha ido comiendo los ahorros, que se quedan sin subsidios y que no pueden sobrevivir».   En un primer momento la ayuda más requerida es la adquisición de alimentos, tanto en el comedor de Cáritas como «un servicio que hemos puesto en marcha de comida hecha. Preferimos que las familias coman en casa antes que en el comedor» para que el ambiente familiar no se vea dañado, explica Roxana Núñez, trabajadora social y psicóloga de la asociación. Y son las mujeres en el 94 por ciento de los casos las que se acercan hasta Cáritas a pedir estas ayudas. «Son los motores de la casa», recalca. De media, la organización atiende a 35 familias al día en cuanto a alimentos sin cocinar y a otras 30 en el comedor social con una media de 700 kilos de comida repartidos diariamente. También se ha incrementado el uso del ropero y la petición de enseres «desde champú hasta ropa interior», y sobre todo la ayuda para pagar recibos de hipoteca, alquiler, luz e, incluso, medicinas. «Ha subido mucho este tipo de demandas, pero también estamos notando que la sociedad nos ayuda, aunque sea con poco, y por eso podemos seguir haciendo frente a esta situación». De hecho, además de las campañas de recogida de comida en colegios, asociaciones y centros comerciales, hay familias que «colaboran a nivel particular y nos traen una compra. Otras nos hacen donaciones,  hay cazadores que nos traen los conejos que consiguen, comercios que nos donan los excedentes y colaboramos con el banco de alimentos de Cruz Roja». Núñez destaca que «vamos saliendo, pero se necesita mucha imaginación». Vivienda. Vicente Domínguez, delegado de Cáritas, apuntilla que «intentamos ayudar para evitar cortes de luz, desahucios, pero nos sobrepasa; la demanda es mucho mayor y en ocasiones nos excede». Para la organización es evidente que cada vez se agrava más la dignidad en la vivienda por la imposibilidad del pago de los recibos, y destacan que «la gente acude a Cáritas a pedir un trabajo porque el gasto más fuerte es la hipoteca o el alquiler e intentan arañar de familiares y de las instituciones que abren sus puertas algo para no estar abocados a un desahucio. Hay muchas familias que se están yendo a la calle, situaciones muy dolorosas de familias durmiendo en coches o en trasteros, hay cierta alarma en la sociedad de Talavera». Uno de los servicios que Cáritas no ha podido continuar es el de su bolsa de empleo, que se ha reducido «sólo a intermediación» entre demandantes y ofertas,  que se han reducido drásticamente «y apenas colocamos a una persona en servicios domésticos al mes». Lo que sí sigue desarrollando son los programas de formación que financian a través de subvenciones de la Junta de Comunidades y en las que los beneficiarios son, en su mayoría, mujeres. Más de la mitad de las usuarias de estos servicios son extranjeras a las que se les enseña el idioma y pautas para desenvolverse en la ciudad; además, la formación se centra en cursos de cocina, cuidado de mayores y de niños «para facilitar su inserción social y laboral». En estos momentos 60 mujeres se benefician de estas acciones. Otros cursos, como los de cerámica, se han quedado en un conato y una experiencia, como la conseguida con la empresa ‘Infomóvil’, un pequeño negocio de electrónica que se puso en marcha el pasado verano con ayuda económica de Cáritas «que fue un pequeño intento de apoyar a unos chicos de la calle a hacerse autónomos y ayudándoles con el alquiler del negocio y las herramientas para ponerlo en marcha; están intentando sobrevivir». Lago promete comida para los niños desfavorecidos El alcalde, Gonzalo Lago, prometió una ayuda específica para la alimentación de niños y niñas que se encuentren en situación de precariedad. El anuncio lo hizo en la jornada que Cáritas de Talavera organizó ayer en la Universidad dentro de los actos de sensibilización hacia las personas sin techo. Lago declaró que desde el Consistorio se comprometen a trabajar «desde ya» para intentar sacar una partida presupuestaria para los niños en situación precaria. «Cáritas  tendrá nuestra ayuda siempre, y así como hemos establecido becas para comedor, desde este instante nos ponemos a trabajar para intentar sacar una partida para esos niños en situación precaria. Iremos restringiendo otros gastos para hacer que esta labor social fundamental no se vea mermada en ningún caso». Por su parte el delegado de Cáritas en Talavera Vicente Domínguez llamó la atención sobre la problemática de la falta de recursos en la infancia. Destacó que «los niños son los que más sufren una situación de crisis en su núcleo familiar. Una alimentación precaria en el niño en desarrollo puede provocar secuelas. En Cáritas sabemos que en sus casas no tienen todas las proteínas o nutrientes por lo que estamos planteando alguna posibilidad de becas de comedor o abrir nosotros uno, aunque nos parece traumático que un niño se vea en un comedor social».

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