Consistorio Extraordinario del Colegio Cardenalicio
12 de febrero de 2015.- Esta mañana, a las 9, en el Aula del Sínodo del Vaticano, se ha abierto el Consistorio Extraordinario del Colegio cardenalicio con el Santo Padre. Los trabajos se articulam en dos días, hoy y mañana con sesiones de las 9 a las 17.
165 purpurados han participado esta mañana en la primera sesión del Consistorio Extraordinario con el Santo Padre, incluyendo a los veinte que serán creados cardenales en el Consistorio Ordinario Público el próximo sábado. 25 no han podido estar presentes por enfermedad o graves problemas, según informó tras el cierre de la sesión matutina el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Padre Federico Lombardi S.I.
Después del rezo de la Hora Tercia y el saludo del cardenal decano, Angelo Sodano, el Papa Francisco ha dirigido un breve saludo a los participantes. ”Bienvenidos a esta comunión que se expresa en la colegialidad”, ha dicho, dando después las gracias al cardenal decano, a la Comisión de los nueve cardenales a su coordinador, el cardenal Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga y al secretario, el obispo Marcello Semeraro que presentaba la síntesis del trabajo desarrollado en estos meses para elaborar la nueva Constitución Apostólica sobre la reforma de la Curia. ”Una síntesis realizada con numerosas sugerencias, también por parte de los jefes y responsables de los dicasterios, además de varios expertos en esa materia”, ha subrayado el Santo Padre.
”La meta que queremos alcanzar es siempre la de favorecer una armonía más grande en la tarea de los diversos dicasterios y departamentos, con el fin de lograr una colaboración más eficaz con esa transparencia absoluta que edifica la sinodalidad y la colegialidad auténticas”, prosiguió Francisco recordando que ”la reforma no es un fin en sí misma, sino un medio para dar un fuerte testimonio cristiano; para favorecer una evangelización más eficaz, para promover un espíritu ecuménico más fecundo y para alentar un diálogo más constructivo con todos”.
”La reforma, muy deseada por la mayoría de los cardenales en el ámbito de las congregaciones generales que precedieron el cónclave, tendrá que perfeccionar todavía más la identidad misma de la Curia Romana, es decir la de coadyuvar al Sucesor de Pedro en el ejercicio de su supremo oficio pastoral por el bien y el servicio de la Iglesia universal y de las Iglesias particulares. Ejercicio con el que se refuerzan la unidad de fe y la comunión del pueblo de Dios y si promueven la misión propia de la Iglesia en el mundo”, señaló el Pontífice.
”Ciertamente alcanzar esa meta no es fácil -concluyó-, requiere tiempo, determinación y sobre todo, la colaboración de todos. Pero para conseguirlo tenemos que confíar en primer lugar en el Espíritu Santo que es la guía verdadera de la Iglesia, implorando en la oración el don del discernimiento auténtico. Con este espíritu de colaboración comienza nuestro encuentro, que será fecundo gracias a la aportación que cada uno de nosotros expresará con parresía, fidelidad al Magisterio y conciencia de que todo ello concurre a la ley suprema, es decir a la ”salus animarum”.
A continuación, el Sr. Card. Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga explicó a los purpurados que la reunión del Consejo de Cardenales que concluyó ayer y del que es coordinador, se centró sobre todo en la reforma de la Curia, pero no se trató exclusivamente de esa materia, ya que se analizaron otras cuestiones como el reglamento del Sínodo, el trabajo de la Comisión para la Protección de los Menores o la relación con los organismos económicos de la Santa Sede, (COSEA y IOR).
Por su parte, S.E. Mons. Marcello Semeraro, Secretario del Consejo de Cardenales, presentó las lineas principales para la reforma de la Curia Ramana, a la luz de la reunión de los jefes de los dicasterios que tuvo lugar en noviembre de 2014. Los temas a tratar son la función de la Curia, su relación con otros organismos -por ejemplo las conferencias episcopales- así como los criterios de racionalización y simplificación que deben imperar en su tarea, la Secretaría de Estado, la coordinación de los dicasterios de la Curia, la relación entre religiosos y laicos y los procedimientos que deben regir la preparación de la nueva constitución sobre ese organismo.
Se habló también de la institución de dos congregaciones. La primera abarcaría a los organismos que hasta ahora se ocupaban de los laicos, la familia y la vida. La segunda a los que tratan de materias ligadas a la caridad, a la justicia y a la paz. Una y otra se pueden valer de la colaboración de los Pontificios Consejos y de las Academias dedicadas a esas temáticas.
A lo largo de la mañana han intervenido doce prelados, sobre todo, observó el Padre Lombardi, cardenales que conocen bien el funcionamiento de la Curia, aunque han tomado también la palabra otros llegados de realidades muy diversas. Se ha observado que la reforma tiene una doble vertiente, teológica y jurídica, ya que muchos de sus supuestos atañen también al derecho canónico y a la jurisdicción eclesiástica, así como a las relaciones con otros episcopados. También se ha hecho presente que no sólo el Papa cuenta con la asesoría de la Curia, sino con la del Colegio Cardenalicio y con la del Sínodo de los Obispos. Asimismo se ha hablado, en este ámbito, de sinodalidad y colegialidad, con una preferencia de la segunda denominación sobre la primera.
No se ha pasado por alto la cuestión de la formación permanente del personal que trabaja en la Curia así como de la posibilidad de rotación en las tareas para contrarrestar la rutina. En este sector ha habido opiniones favorables y contrarias ya que diversos prelados sostenían que algunos campos requerían una especialización notable y el cambio era desaconsejable.
(VIS)